viernes, 22 de junio de 2012

Consecuencias y repercusiones por la falta de estimulacion del lenguaje en los niños


Los niños en el primer año de vida, a través de una adecuada estimulación sensorial, logran madurar las áreas que permiten el desarrollo del lenguaje y el habla. Cuando esto no se logra, debido a causas como la sobreprotección, la falta de estimulación, daños emocionales, el bilingüismo mal empleado o falta de maduración cerebral, entre otras, el niño presentará un desarrollo del lenguaje o del habla no adecuado, provocando que su comunicación se vea interferida de una u otra manera. Se logran ver características como poco vocabulario, habla incomprensible, la no producción de ciertas letras o de palabras en su mayoría largas, la ausencia de una estructura clara en la oración que utiliza, pocas ideas, entre otras.

El lenguaje son todas las ideas de donde escogemos las palabras, el tipo deoración y la manera en la que se quiere decir la expresión, entre otras, para darnos a entender y asimismo, comprender lo que otros dicen; a partir de aquí, cualquier alteración en este proceso provocaría una patología del lenguaje y por consiguiente repercusiones en el ámbito emocional, personal y social.

El lenguaje se desarrolla ante la estimulación adecuada de la percepción, ya que es la primera fuente con la cual se toma y analiza la información del medio a través de los sentidos, con la que se construye el conocimiento y el pensamiento para desarrollar el lenguaje. De la misma forma, la memoria es un área que da estabilidad, debido a que permite la retención de la información y vocabulario, para realizar tareas simples y complejas en los años de adquisición del lenguaje, además la atención y concentración, que ayuden a terminar la tarea que se ha iniciado. La integración de las emociones, del aprendizaje y una adecuada maduración cerebral son indispensables para la adquisición del lenguaje, por lo cual estas deben tener un equilibrio en su desarrollo, ya que puede conllevar a un desfase en el lenguaje.

Los movimientos que se realizan con la cara, boca y cuello son los que nos ayudan a hablar, así como todo lo referente a los procesos respiratorios, prosódicos (ritmo, entonación y articulación al hablar), permitiendo coordinación, comprensión y producción adecuada y saludable del habla.

Los factores ambientales, afectivos y emocionales influyen en el habla del niño, por ejemplo, podría tartamudear, por lo que se debe regular el nivel de excitación emocional, logrando control sobre la conducta, la tolerancia afectiva y la expresión de emociones. Todo esto ayuda a la emisión coordinada y consciente del habla que se lleva de la mano con la percepción dada desde el cerebro hasta los movimientos realizados al hablar.


Las patologías del lenguaje y habla son intervenidas por el terapeuta del lenguaje, quien, bajo un proceso de diagnóstico e intervención, trata dicha situación, en ocasiones de la mano con otros especialistas.”                                    

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