Los
niños en el primer año de vida, a través de una adecuada estimulación sensorial,
logran madurar las áreas que permiten el desarrollo del lenguaje y el habla.
Cuando esto no se logra, debido a causas como la sobreprotección, la falta de
estimulación, daños emocionales, el bilingüismo mal empleado o falta de
maduración cerebral, entre otras, el niño presentará un desarrollo del lenguaje
o del habla no adecuado, provocando que su comunicación se vea interferida de
una u otra manera. Se logran ver características como poco vocabulario, habla
incomprensible, la no producción de ciertas letras o de palabras en su mayoría
largas, la ausencia de una estructura clara en la oración que utiliza, pocas ideas, entre otras.
El
lenguaje son todas las ideas de donde escogemos las palabras, el tipo deoración y la manera en la que se quiere decir
la expresión, entre otras, para darnos a entender y asimismo, comprender lo que
otros dicen; a partir de aquí, cualquier alteración en este proceso provocaría
una patología del lenguaje y por consiguiente repercusiones en el ámbito
emocional, personal y social.
El
lenguaje se desarrolla ante la estimulación adecuada de la percepción, ya que
es la primera fuente con la cual se toma y analiza la información del medio a
través de los sentidos, con la que se construye el conocimiento y el
pensamiento para desarrollar el lenguaje. De la misma forma, la memoria es un
área que da estabilidad, debido a que permite la retención de la información y
vocabulario, para realizar tareas simples y complejas en los años de
adquisición del lenguaje, además la atención y concentración, que ayuden a
terminar la tarea que se ha iniciado. La integración de las emociones, del
aprendizaje y una adecuada maduración cerebral son indispensables para la
adquisición del lenguaje, por lo cual estas deben tener un equilibrio en su
desarrollo, ya que puede conllevar a un desfase en el lenguaje.
Los
movimientos que se realizan con la cara, boca y cuello son los que nos ayudan a
hablar, así como todo lo referente a los procesos respiratorios, prosódicos
(ritmo, entonación y articulación al hablar), permitiendo coordinación,
comprensión y producción adecuada y saludable del habla.
Los
factores ambientales, afectivos y emocionales influyen en el habla del niño,
por ejemplo, podría tartamudear, por lo que se debe regular el nivel de
excitación emocional, logrando control sobre la conducta, la tolerancia
afectiva y la expresión de emociones. Todo esto ayuda a la emisión coordinada y
consciente del habla que se lleva de la mano con la percepción dada desde el
cerebro hasta los movimientos realizados al hablar.
Las
patologías del lenguaje y habla son intervenidas por el terapeuta del lenguaje,
quien, bajo un proceso de diagnóstico e intervención, trata dicha situación, en
ocasiones de la mano con otros especialistas.”
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